Tipos de vidrio para los marcos de cuadro

En toda enmarcación, el cristal desempeña una función especial. Separa el objeto enmarcado de su entorno y del observador. En el mejor de los casos, el cristal protege el objeto frente a los factores ambientales de tipo físico y químico, así como frente a daños como golpes, humedad, insectos y suciedad; al mismo tiempo, facilita una visión nítida de la obra de arte y permite disfrutar de sus colores originales. Además, las fotos, los grabados y los dibujos no se mantendrían firmes dentro del marco si no fuese por la presión de contacto en toda la superficie entre la hoja de vidrio y la tapa trasera del marco. El ancho de rebajo del perfil, que sujeta el cristal, la imagen y la tapa trasera en el marco, es de apenas 0,5-0,7 cm en todo el contorno.

En cambio, las pinturas al óleo y las pinturas al acrílico sobre lienzos tensados o tablas, así como las modernas pinturas sobre Alu-Dibond no requieren un cristal, pues son muy estables dimensionalmente y ya poseen cierta protección en su superficie. En estos casos, es más que suficiente contar con un marco vacío sin cristal y sin tapa trasera. Los museos suelen hacer una excepción, puesto que albergan obras de arte antiguas de gran valor que deben ser protegidas del contacto y de los posibles daños causados por los visitantes, en particular.

Los cristales de alta calidad ofrecen mucho más que una simple protección frente a la suciedad y los daños: protegen contra la radiación ultravioleta que causa la decoloración de la imagen con el tiempo y los mayores daños al objeto. Asimismo, estos cristales reducen los molestos reflejos originados por diversas fuentes de luz. Para los marcos de gran formato y en instituciones públicas se utilizan los cristales acrílicos, que son ligeros e irrompibles.

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Cristal verde

Los expertos diferencian los cristales según su base. Para los marcos, se utiliza sobre todo vidrio flotado con base de cristal verde, el cual gracias a su tensión superficial en el proceso de fabricación continuo es especialmente plano y libre de distorsiones, a la vez que posee una extraordinaria calidad óptica. Este vidrio flotado tiene una coloración ligeramente verde, que se nota bastante en sus bordes cortados, en particular. Tanto mayor sea el grosor del vidrio, más notoria es esta coloración verde. Esto se atribuye al porcentaje de óxido de hierro presente en el vidrio. Lamentablemente, ese leve matiz verde adultera los colores de la imagen y, en particular, sobre superficies blancas puede llegar a ser molesto.

Consejo: Para las imágenes que tengan una gran proporción de colores claros, recomendamos utilizar vidrio sintético o cristal de museo. El vidrio sintético o los cristales acrílicos carecen de una coloración verde, mientras que los cristales de museo están hechos normalmente con una base de cristal blanco.

Cristal blanco

Esto se soluciona empleando un cristal blanco de alta calidad, que recibe esta denominación debido a su fabricación cromáticamente neutra. En comparación con el vidrio normal corriente, el cristal blanco posee una proporción reducida de óxido de hierro y da la impresión de tener un tono blanco en lugar de verde. El cristal blanco se fabrica empleando arena de cuarzo especial, con muy poco contenido de óxido de hierro.

Este cristal ofrece la ventaja de ser notablemente neutro en cuanto al color en comparación con el cristal verde y por ello no perjudica la percepción de los colores de la imagen: el blanco se percibe como blanco y también los otros colores se reproducen fielmente. Según el estado de la técnica actual, el cristal blanco proporciona la menor distorsión del color.

Al contrario que el vidrio plano, el vidrio flotado tiene una calidad muy superior y no presenta irregularidades molestas en su superficie. La palabra “flotado” proviene del inglés “float” y se refiere al hecho de que en su fabricación se utiliza un proceso de flotación. En efecto, el vidrio flotado se fabrica como un vidrio plano en un proceso continuo. Para ello, el vidrio espeso, calentado a 1100 °C, se vierte continuamente en una cubeta elongada llena de estaño líquido. Al ser más ligero, el vidrio flota sobre este baño de estaño y se expande uniformemente sobre él. Debido a la tensión superficial del estaño, este vidrio obtiene una superficie lisa y homogénea, absolutamente sin burbujas de aire y otras irregularidades. Una vez que comienza a enfriarse, el vidrio se retira continuamente del baño de estaño y pasa por un horno de recocido, en el cual se reduce su temperatura. Debido al óxido de hierro que contiene, este vidrio parece tener una coloración ligeramente verdosa. Puesto que este vidrio se utiliza en todas partes habitualmente, estamos acostumbrados a este brillo algo verde y no lo percibimos como un efecto molesto.

Una opción más económica sería el vidrio plano, que no se flota, sino que se lamina entre rodillos. Sin embargo, por este motivo, se genera un efecto óptico negativo, ya que en este vidrio saltan a la vista las estructuras onduladas. Estas irregularidades pueden observarse a veces en los vidrios de viejas ventanas. Con la excepción de algunos marcos de importación provenientes del Lejano Oriente, el vidrio flotado se ha convertido en el vidrio estándar en el sector de marcos.

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El cristal antirreflectante tiene un aspecto notablemente mate y luce menos brillante que el vidrio normal. Sin embargo, la superficie mate también atenúa hasta cierto punto el brillo de los colores de la imagen. La intensidad óptica de los colores se resiente también con el mateado del cristal. Por otra parte, se debe mencionar también que el cristal antirreflectante debe quedar directamente sobre la imagen, dado que si se aumenta la separación entre el cristal y la imagen, la transparencia se reduce y el aspecto es más blanquecino. Por lo tanto, un cristal antirreflectante simple tampoco es adecuado para marcos que tengan un listón espaciador o un paspartú y no se ofrece en estos casos. En estas condiciones, la mejor alternativa son los vidrios sintéticos o los cristales de museo dotados de capas antirreflejo con interferencia óptica. Si bien son más costosos que los cristales antirreflectantes de aspecto mate, a cambio son notablemente menos reflectantes. Los colores dan la impresión de ser mucho más brillantes en comparación con el cristal antirreflectante mate y se obtiene, además, una mayor protección UV.

Consejo: Ante la presencia de fuentes de luz intensa situadas directamente delante de la imagen como, por ejemplo, un foco o una ventana abierta en el lado opuesto que reciba una fuerte radiación solar, puede ser preferible utilizar el cristal antirreflectante mate en lugar del cristal de museo, si bien este último tiene capas antirreflejo con interferencia óptica de mayor calidad. Recalquemos de nuevo que el cristal de museo no está enteramente libre de reflejos, pero estos se atenúan notablemente en mayor grado en comparación con el vidrio normal.

Una ventaja decisiva del vidrio sintético frente al cristal auténtico es que el vidrio sintético es irrompible. Si el marco se cae alguna vez de la pared o si tus niños lanzan un balón contra el marco, te alegrará saber que el marco contiene una hoja de vidrio sintético. Por esta razón, para los marcos en las instituciones públicas se prescribe, a veces de forma obligatoria, usar vidrio sintético para minimizar los riesgos de rotura. Además, no es raro que, en caso de rotura del vidrio, también la imagen resulte dañada por los fragmentos del vidrio.

También durante el envío y el transporte de los marcos, gracias al uso de vidrio sintético se evitan daños innecesarios, ya que el riesgo de rotura del vidrio aumenta notablemente con marcos de mayor tamaño. Por estas razones, los marcos de gran tamaño suelen ofrecerse también únicamente con cristales hechos de vidrio sintético, ligero e irrompible en el comercio online.

El peso netamente menor del vidrio sintético en comparación con el cristal auténtico supone otra ventaja en el caso de marcos de gran tamaño, en particular. Por ejemplo, en el formato DIN A0, ya la hoja de vidrio por sí sola pesa aproximadamente 5 kg. Por ello, los marcos grandes con cristal auténtico resultan poco prácticos y bastante pesados. Otro inconveniente es que requieren medidas especiales para montarlos en la pared con seguridad, de modo que el marco no pueda caerse accidentalmente y lesionar a alguien en el peor de los casos. También por esta razón, en particular en las instituciones públicas y las guarderías se prefiere utilizar el vidrio sintético, ligero e irrompible.

El poliestireno es un termoplástico amorfo que se obtiene a través de la polimerización del estireno. Es uno de los plásticos más antiguos y fue fabricado por primera vez en el siglo XIX. La mayoría de las personas conocen este plástico en otra forma con el nombre de espuma de poliestireno. Pero el poliestireno también es llamado popularmente vidrio para bricolaje, ya que se puede mecanizar y trabajar con él con facilidad. En efecto, se puede pintar, pegar, imprimir y perforar sin problema alguno.

A veces, muchos fabricantes de marcos emplean el poliestireno para un acristalado simple, puesto que, si se dan ciertas condiciones favorables, resulta ser un vidrio sintético robusto y fiable. No obstante, las sencillas hojas de poliestireno no son resistentes a los rayos ultravioleta y tienden al amarilleamiento con la radiación solar. Este amarilleamiento se observa ya al cabo de pocos años, sobre todo en las hojas de menor calidad. Si bien hay que decir que hay una tendencia ascendente hacia la mejora. En efecto, los vidrios sintéticos de poliestireno mejoran en cuanto a su calidad gracias a nuevos procesos de fabricación y ya los hay incluso con revestimientos especiales de alta calidad.

Para enmarcaciones conservacionistas con vidrio sintético te seguimos recomendando actualmente el cristal acrílico.

Pero ¿por qué el cristal acrílico es mejor que el poliestireno? En comparación con el poliestireno, los cristales acrílicos poseen una unión molecular más sólida y por ello son estables dimensionalmente. Sobre todo en los grandes formatos, la diferencia es importante. Además, los cristales acrílicos son resistentes a la mayoría de los disolventes y a la presión mecánica, y son en gran medida inmunes a factores climáticos como la humedad, las bruscas variaciones de la temperatura y la luz ultravioleta.

Los cristales acrílicos tienen una translucidez muy elevada debido a su transparencia, con lo cual permiten apreciar contornos bien definidos y colores originales. Las planchas de cristal acrílico se fabrican con un alto nivel de calidad en Europa, por lo que el amarilleamiento de las planchas prácticamente no llega a tener importancia.

Además, el cristal acrílico puede mecanizarse con facilidad y unirse químicamente a otros materiales plásticos para constituir compuestos duraderos sin puntos débiles. Así, los cristales acrílicos también pueden dotarse de capas antirreflejo con interferencia óptica y pueden compararse con los cristales de museo en cuanto a la relación precio-calidad.

Otra ventaja importante del cristal acrílico es su muy elevada protección UV de un 90 % o más. De esta forma, la imagen queda bien protegida frente a la decoloración, incluso si recibe una intensa radiación solar.

Consejo: La radiación solar directa sobre las imágenes debería evitarse siempre en la medida de lo posible, porque los colores y los materiales de base se deterioran con esta radiación. Ni siquiera los cristales con mejor protección UV pueden proteger tu imagen al 100 % de los potentísimos fotones solares; por esa razón, los museos exponen sus cuadros en la mayor parte de los casos en salas oscurecidas y con luz artificial. Puedes encontrar más información en la sección » Protección UV en el cristal para cuadros

En general, los cristales acrílicos proporcionan el brillo cromático de los cristales de museo en combinación con las ventajas del vidrio sintético y, por lo tanto, constituyen una valiosa alternativa al vidrio flotado.

Dicho sea de paso, los cristales acrílicos más conocidos son los vidrios de marca Plexiglas®. Muchas personas utilizan ahora Plexiglas® como sinónimo de cristal acrílico. Recuerda esta pequeña regla de oro: no todos los cristales acrílicos son Plexiglas®, pero tampoco cada Plexiglas® es un cristal acrílico.

También hay cristales acrílicos en versión cristal antirreflectante. El vidrio sintético de la marca Mira dispone de un lado mate y un lado reflectante. De esta manera, tendrás la opción de utilizarlo también como cristal antirreflectante, dándole la vuelta y colocándolo con el lado mate hacia arriba.

Desventajas de los cristales acrílicos y los cristales hechos de poliestireno

No obstante, los vidrios sintéticos presentan dos inconvenientes: Los vidrios sintéticos son muy sensibles a los arañazos. Por este motivo, vienen de fábrica recubiertos por ambas caras con una delgada lámina de protección que se mantiene incluso tras cortar la hoja de vidrio. Entonces, si pides un marco con vidrio sintético, por lo general deberás quitar primero estas láminas protectoras en ambas caras del cristal. Los arañazos y estrías suelen aparecer solo en esta lámina de protección y a veces resulta difícil verlos, y rara vez penetran más allá afectando a la hoja de vidrio.

Consejo:No obstante, si observas arañazos de poca profundidad en el vidrio sintético, puedes ocultarlos aplicando una pasta de pulido especial y puliendo el vidrio seguidamente. Por lo tanto, al limpiarla deberías utilizar siempre un paño suave y productos de limpieza inocuos.

Otra desventaja es la carga electroestática, qué atrae el polvo y partículas finas. En el caso de los dibujos a carboncillo y las obras al pastel o los bocetos a lápiz no se debería usar ningún vidrio sintético, ya que la carga electrostática puede atraer las partículas de pigmento de la imagen y adherirlas al cristal del cuadro.

El cristal antirreflectante normal posee una fina superficie mate que dispersa la luz incidente y de esa manera reduce al mínimo los reflejos directos. En cambio, el cristal de museo posee capas antirreflejo con interferencia óptica, muy resistentes a los arañazos, es decir, en este cristal se aplican capas muy delgadas que filtran las ondas luminosas incidentes y las neutralizan. Esta forma de capas antirreflejo funciona como los cristales utilizados en gafas.

Por lo tanto, el cristal prácticamente es invisible y apenas se distingue su presencia en el marco. Asimismo, consigue reproducir los colores de forma muy auténtica, incluso en condiciones de iluminación deficientes. Mediante el revestimiento del cristal de museo se pueden alcanzar diversos grados de protección UV de hasta un 99 %. Con ello, el cristal de museo, prácticamente invisible, asegura a la vez el genuino disfrute de la imagen y una protección duradera frente a la dañina radiación ultravioleta.

Aunque el cristal de museo es prácticamente invisible y reduce los reflejos a un nivel mínimo, ni siquiera el mejor cristal de museo es 100 % antirreflectante, pues solo alcanza el 99 %. Por consiguiente, las fuentes de luz directa pueden observarse sobre el cristal de todos modos. Al mirar el cristal directamente de frente casi no se detecta ningún reflejo, pero al mirarlo desde una posición lateral sí se detectan ciertos reflejos residuales menores. Con las fuentes de luz directas, los revestimientos generan un color de reflejo que puede ser verdoso o incluso, a veces, azulado.

Tampoco se obtiene un 100 % de protección UV. Sin embargo, un cristal con protección UV retarda considerablemente la decoloración y el amarilleamiento. Por esta razón, en los museos, a pesar de que los cuadros tienen cristales con protección frente a los rayos ultravioleta, también se oscurecen los espacios de exhibición y se evita la entrada de luz diurna. Pero deberás recordar una cosa: ¡es enorme el beneficio óptico y conservacionista que te brinda el cristal de museo en comparación con el vidrio normal!

Consejo: Si se trata sobre todo de obtener una protección UV, entonces el cristal acrílico corriente es una alternativa económica al cristal de museo. Pues el cristal acrílico ofrece también una protección UV muy elevada de aproximadamente un 90 %, con lo que se sitúa, junto con los cristales de museo con protección UV, en la primera división de los cristales que brindan esta protección.

El elevado precio del cristal de museo sigue siendo para muchos amantes del arte un obstáculo a la hora de elegir un cristal para cuadros de calidad superior. Por este motivo, el cristal de museo se utilizaba en el pasado únicamente para la enmarcación de obras de arte de gran valor. No obstante, con el paso de los años un número cada vez mayor de fabricantes han aportado a este mercado nuevas técnicas de producción. Por una parte, con esto se consiguió mejorar la calidad; por la otra parte, se logró que este tipo de cristales llegase a ser asequible para los conocedores del arte. Entretanto, los costes de fabricación se han reducido notablemente y los precios se han vuelto asumibles para los clientes particulares. De esta forma, el cristal de museo, más allá de su protección conservacionista, se ha convertido en una alternativa atractiva al cristal antirreflectante corriente y se emplea cada vez más también para enmarcar impresiones artísticas y fotografías.

Consejo: El cristal de museo UV 70 es la mejor solución intermedia en cuanto a la relación precio-calidad. En este caso, consigues un cristal blanco dotado de capas antirreflejo con interferencia óptica y una mayor protección UV. El cristal de museo UV 70 ya está disponible a través de muchas marcas, cuenta con capas antirreflejo óptimas y brinda un excelente brillo. Es cierto que no aporta una protección conservacionista, pero es netamente más económico que los cristales de museo UV 90 y UV 99, y está dotado de capas antirreflejo de eficacia comparable.

Los cristales dotados de capas antirreflejo con interferencia óptica apenas reflejan la luz, puesto que sus superficies han recibido un tratamiento especial. Los procesos de fabricación son diversos: o bien los fabricantes de vidrio crean rugosidades microscópicas en las superficies de los cristales aplicando un grabado químico o rodillos, o bien recubren el vidrio con capas superdelgadas. Estas capas impiden que determinadas ondas luminosas lleguen a los ojos del observador. Así, para este observador, el cristal incorporado en el marco apenas es perceptible, llegando a ser prácticamente invisible. El revestimiento antirreflectante especial reduce los molestos reflejos de luz a un mínimo de apenas un 1 %, aproximadamente.

El tema de la protección UV puede analizarse a fondo desde el punto de vista científico. Pero ¿qué aspectos son importantes a la hora de seleccionar el cristal para cuadros más idóneo? Además de la luz visible para nosotros, la luz solar contiene una proporción de rayos que resultan invisibles para nuestros ojos, es decir, la llamada luz ultravioleta, más conocida como radiación ultravioleta.

Pero esta radiación ultravioleta también llega a la imagen a través del cristal. La cantidad de radiación que lo atraviesa dependerá de las características del cristal. La radiación ultravioleta causa los daños más graves a los soportes de imagen de todo tipo. Mientras que el papel de periódico adquiere una coloración parda al cabo de unos pocos días de exposición a la luz diurna, los papeles y colores modernos se han vuelto más resistentes a esta radiación. Sobre todo en las zonas bañadas por la luz diurna y frente a las ventanas, la protección UV prolonga la estabilidad cromática a largo plazo. Sin embargo, la prolongada firmeza del color no significa que no se produzcan daños en la imagen; simplemente estos daños tardan más tiempo en aparecer.

Mientras que los vidrios convencionales solo filtran el 40-50 % de la luz ultravioleta, los cristales de museo ofrecen una mayor protección UV en gradaciones de hasta un 99 %.

En este caso, se debería tener en cuenta lo siguiente: esta radiación solar sobre el soporte de la imagen debería evitarse siempre, sobre todo si se trata de obras de arte de gran valor. El efecto prolongado de la radiación solar directa puede producir pequeños daños, incluso si el cristal posee una elevada protección UV.

Podemos mencionar muchas razones por las que vale la pena elegir un cristal con elevada protección UV, no solo para obras originales de todo tipo como, por ejemplo, las obras de arte no reproducibles o los documentos difíciles de recuperar, sino también para todos los soportes de imágenes que tengan un gran valor sentimental para ti y deban protegerse de la decoloración o el amarilleamiento. Además, algunos materiales y medios requieren protección UV, ya que suelen ser sensibles a la radiación solar prolongada o directa.

Puedes encontrar más información sobre este tema: » ¿Por qué las imágenes se decoloran con el sol?

Al adquirir este cristal acrílico en calidad apta para museos, estás optando por un cristal excepcional que reúne muchas propiedades positivas. Optium Museum Acrylic^® es ligero, irrompible, está dotado de capas antirreflejo con interferencia óptica, es antiestático y resistente a los arañazos y proporciona la protección UV más alta posible. Por ello, es extraordinariamente adecuado para enmarcaciones exigentes y conservacionistas.

Sus capas antirreflejo con interferencia óptica aseguran unas características ópticas únicas gracias a las cuales este cristal resulta prácticamente invisible y reproduce los colores, los contrastes y los contornos de forma brillante y sin adulteraciones. Los reflejos se reducen a un nivel mínimo de menos del 1 %.

La protección UV alcanza más de un 99 % y, por ello, este cristal acrílico protege tu imagen al máximo frente a la dañina radiación ultravioleta. Gracias a esta protección, los colores y la luminosidad de tus obras de arte se conservarán durante un tiempo muy prolongado.

Al contrario que el cristal acrílico corriente, este cristal de museo es antiestático y perfectamente adecuado para obras de arte con superficies sensibles. Mediante esta propiedad antiestática, no atrae partículas de tiza ni de carboncillo ni tampoco pigmentos sueltos de la imagen, evitando así que puedan quedarse adheridas al cristal. Tampoco el polvo de madera más fino ni las partículas de pan de oro de tu marco de estilo Barroco se adherirán a este cristal.

Otra diferencia con respecto al cristal acrílico corriente es la excepcional superficie sumamente resistente a los arañazos. Mientras que cualquier otro vidrio sintético sufriría arañazos irreparables con la más mínima rozadura, este cristal acrílico Optium permanece intacto, por lo que es muy resistente a la limpieza con paños y productos limpiadores.

Los bellos recuerdos plasmados en imágenes deberían durar toda una vida, con el cristal Optium Museum Acrylic^® lo conseguirás. ¡Mira este vídeo a continuación y descubre las razones!

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ESG son las siglas de “cristal de seguridad templado” (en alemán) y se conoce, en particular, por su uso en las lunas de coches y en las puertas de cristal corrientes, así como en las puertas para duchas. Este cristal es muy resistente a los golpes e impactos. En caso de rotura, el cristal ESG se descompone en pequeños fragmentos, con lo cual se evita el riesgo de lesiones. Una de sus desventajas es su elevado peso, pues en la versión multicapa, el cristal ESG tiene un grosor de 4 mm: el doble de grueso y pesado que el vidrio corriente. Debido a su sólida construcción y gran peso, el cristal ESG es demasiado pesado y grueso para muchos marcos. Además, resulta difícil darle tratamiento y acabado, por lo cual raramente se utiliza en marcos para cuadros.

El VSG es un cristal de seguridad laminado. A diferencia del cristal ESG, este cristal no se descompone en pequeños fragmentos en caso de rotura, sino que mantiene su integridad, aunque deja ver los daños. La lámina incorporada al cristal impide que se desintegre en fragmentos individuales. El VSG se utiliza en las lunas de los coches, por ejemplo. Como cristal de seguridad laminado para marcos, el Mirogard Protect de Schott se ha ganado una buena reputación por su uso en museos. Incluso tras sufrir actos de vandalismo, la imagen conserva su protección y no puede ser dañada por ningún fragmento de cristal.

Los cristales ESG y VSG se utilizan predominantemente en espacios públicos para evitar peligros para las personas y las obras de arte causados por los cristales dañados y sus fragmentos.

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El cristal para marcos también desempeña una función que no debe subestimarse a la hora de asegurar una protección preventiva contra incendios. En particular, a las instituciones públicas se les exige cada vez más adquirir marcos resistentes al fuego y hechos con material de construcción de clase B1, e incluso se les impone el uso de material de construcción de clase A1 en las vías de evacuación. Aquí también puedes adquirir varios marcos con certificación de protección contra incendios, pero solo con cristal auténtico irrompible o con cristal de seguridad templado, que ya sabemos que es costoso y pesado. El cristal auténtico tiene un origen mineral y, de forma similar a los marcos de aluminio, es ignífugo por naturaleza. En cambio, el cristal acrílico, irrompible y ligero, que suele exigirse para las instituciones públicas, es naturalmente inflamable, al igual que el vidrio de plástico, o genera un humo fuertemente tóxico, por lo que no puede certificarse para su uso ante situaciones de incendio.

Por consiguiente, las instituciones públicas afrontan un dilema: los requisitos oficiales suelen exigir marcos ignífugos y cristales irrompibles; características de las que carecen la mayoría de los modelos. Puesto que el cristal de seguridad templado ESG no es un cristal estándar y, además, es pesado, grueso y costoso, solo se ofrece en pocos marcos con certificación de protección contra incendios.

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Antes de proceder a la enmarcación, te recomendamos limpiar los cristales, excepto si se trata de vidrios sintéticos. Para los marcos con vidrio normal o cristal antirreflectante, así como para los cristales ESG y VSG se recomienda utilizar un limpiador de cristales de uso corriente o simplemente agua. Básicamente, en estos casos es muy difícil equivocarse, puesto que el cristal del marco puede compararse con el cristal para ventanas.

El cristal de museo dispone de un revestimiento sobre el cual se pueden observar fácilmente los residuos del producto limpiador. En esos cristales se utiliza únicamente agua pura para su limpieza; en caso necesario, se puede agregar al agua una pequeña cantidad de alcohol. También puedes pulir los cristales sin utilizar ningún líquido, tan solo un paño fino.

En cambio, el vidrio sintético es muy sensible y no puedes utilizar productos limpiadores que contengan alcohol o disolventes, ni tampoco productos abrasivos para la limpieza. En este caso, resulta adecuado utilizar agua limpia y un paño de algodón o microfibra seco o ligeramente humedecido, o incluso sería mejor usar un limpiacristales especial para acrílicos en combinación con paños antiestáticos.