Marco para puzzle
Introducción
Confeccionado con 10 o 20 piezas para los niños pequeños, 100 para los jugadores casuales, 2000 para los aficionados confesos o 6000 para los grandes apasionados, juguete educativo o actividad de distensión, para hacer de una sentada o a ratos sueltos, en solitario o en compañía, el rompecabezas o puzle —como también se denomina a este juego de mesa por el término de origen inglés— es sin duda el más universal de los pasatiempos, y uno de los más clásicos, junto con el ajedrez, los juegos de cartas, el dibujo, la pintura o el bricolaje. Este pasatiempo, inventado hace algo más de 250 años, goza de una popularidad constante desde hace un siglo, una popularidad que se mantiene en la era de internet: si bien algunos «puzleros» se han pasado a la versión virtual de su hobby, parece que la mayoría de los adeptos se decantan por el puzle tradicional, ¡y con razón! Hacer puzles es un ejercicio de paciencia que estimula la capacidad de atención y la observación, así como la motricidad fina de los más pequeños. En la actualidad, esta es una de las actividades más investigadas, ya que sirve de antídoto a la hiperconexión y la exposición excesiva a las pantallas: la desconexión o desintoxicación digital («detox digital») es un fenómeno que, sin duda alguna, aún dará mucho que hablar y gracias al cual el puzle y otros juegos «a la antigua» tienen un futuro prometedor.
- Introducción
- El puzle está terminado, ¿y ahora?
- Conservar el puzle enmarcándolo
- Un marco concebido exclusivamente para los puzles
- El panel de fondo como superficie de trabajo
- El vidrio acrílico
- El puzle enmarcado como elemento de decoración interior
- Los formatos del marco para puzle
- El puzle, desde sus orígenes hasta nuestros días
- Un clásico en boga
- Modo de empleo en imágenes
El puzle está terminado, ¿y ahora?
Las pocas piezas del rompecabezas de un niño se desarman sin remordimientos y se vuelven a guardan en la caja. ¿Pero qué hacer cuando el puzle terminado representa horas y horas de paciente trabajo? ¿Quién es capaz de volver a meter en la caja un puzle de mil piezas o más? Esta difícil decisión se pospone dejando el puzle sobre una mesa, incluso en el suelo o en un rincón de la habitación hasta que la falta de espacio apremia o hasta que se llene de polvo, y entonces es cuando, con todo el dolor del corazón, se toma la decisión de guardarlo.
Conservar el puzle enmarcándolo
Sin embargo, existe una genial solución a este dilema: basta con enmarcar el puzle para recuperar el espacio perdido, para protegerlo del polvo y, a la vez, convertirlo en un objeto de decoración original. Quizá pienses que enmarcar un puzle es más fácil de decir que de hacer teniendo en cuenta todos los pasos que hay que dar: encolar el puzle, dejarlo secar, encontrar el marco adecuado con un rebajo lo suficientemente profundo. Por no hablar del riesgo que se corre en el momento de dar la vuelta al puzle como a una tortilla para ponerlo en el vidrio y de que una esquina se desmorone y se caiga a trozos... ¡Un panorama realmente desolador! Sin olvidar que una vez pegado, el puzle se transforma irreversiblemente en un póster y ya no se podrá volver a armar.
Marco para puzle y puzle de marcos: ¡Atención, no es lo mismo! El marco para puzle está destinado a un auténtico puzle –un puzle para hacer o ya terminado–, mientras que el puzle de marcos se refiere en realidad a un marco que imita la forma de la pieza de un puzle y que se puede encajar en otras piezas para formar un collage.
Un marco concebido exclusivamente para los puzles
Los llamados marcos para puzle que encontrarás en nuestra revista son más que unos «simples marcos». Este marco está especial y exclusivamente concebido para el puzle. El nombre más acertado que podríamos darle sería el de «marco para hacer un puzle», ya que, antes de enmarcar y colgar el puzle, tiene una gran utilidad: la trasera sirve de base para hacer el rompecabezas antes de poner el vidrio y encajar el conjunto (panel de fondo, puzle y vidrio) en la ranura de los cuatro listones desmontables que se sujetan con los conectores de esquina también desmontables.
Por supuesto, nada te impedirá pedir este marco para un rompecabezas ya terminado, entonces solo tendrás que deslizarlo sobre el panel de fondo antes de cerrar el conjunto con el vidrio y los listones. Tanto si haces el puzle sobre el panel de fondo como si enmarcas uno ya terminado, no hará falta encolarlo: la ranura de los listones está dotada de una lengüeta de presión gracias a la cual el puzle queda bien fijado al vidrio. De este modo, podrás desmontar el marco en un abrir y cerrar de ojos, sin necesidad de herramientas ni de deshacer el rompecabezas. El marco lo podrás utilizar para montar y exponer un nuevo puzle que tenga las mismas medidas que el anterior.
En una palabra, las ventajas del marco para el puzle son muchas: modo de empleo sencillo, gran estabilidad y fácil de desmontar gracias a las piezas extraíbles que permiten reutilizar el marco para hacer nuevos puzles o guardarlos.
El panel de fondo como superficie de trabajo
Los que están familiarizados con este pasatiempo saben que, a no ser que se trate de un puzle pequeño y sencillo que se vaya a terminar y desarmar muy rápido, el puzle no se arma en la mesa, sino sobre un cartón lo suficientemente resistente como para poder levantarlo y moverlo sin correr ningún riesgo. Esta es precisamente la función que cumple el panel de fondo de nuestro marco para puzle: es un tablero rígido concebido como superficie de trabajo y fácil de transportar cuando hay que despejar la mesa para comer o hacer los deberes. Normalmente, el panel trasero de un marco estándar tiene dos clips en la parte posterior, uno para colgar el cuadro en sentido horizontal y otro para el vertical. En el caso del marco para puzle, la particularidad del panel trasero es que tiene cuatro clips, que se convierten en cuatro puntos de apoyo mientras que el panel sirve de mesa de trabajo: estos cuatro clips dispuestos simétricamente hacen que el panel sea una base sólida, mientras que un panel «tradicional» con dos clips se tambalearía.
El vidrio acrílico
La mayoría de los puzles que se quieren enmarcar llevan mucho tiempo, a veces semanas. Por eso, para proteger la obra del polvo, puedes cubrirla con metacrilato. Este uso del vidrio como cubierta es especialmente útil si solo trabajas en el puzle de vez en cuando. No olvides que el metacrilato es ligero e irrompible y que los bordes de este material sintético no presentan ningún riesgo de lesión.
Una vez terminado el puzle, el vidrio del marco cumplirá su función tradicional de proteger del polvo y también de conservarlo: el alto grado de protección contra los rayos UV permitirá conservar los colores del puzle por más tiempo. Asimismo se trata de un cristal antirreflectante, lo que garantiza una buena visibilidad de la imagen incluso cerca de una lámpara o en una pared frente a una ventana.
El puzle enmarcado como elemento de decoración interior
El motivo suele ser elegido con esmero, ya sea por nosotros mismos o por la persona que ha decidido regalarnos un rompecabezas: el hecho de que sea una imagen que nos guste es en sí una razón para querer tener el puzle a la vista una vez que lo hayamos terminado, de ahí la utilidad de un marco. Y una vez que se han pasado numerosas horas armando los cientos o miles de piezas del puzle, ¿acaso nuestra perseverancia no merece ser recompensada? Comparativamente podríamos parafrasear al pintor francés Jean-Auguste-Dominique Ingres que decía que el marco es la recompensa del pintor... En la habitación de un niño, por ejemplo, un rompecabezas enmarcado puede ser algo gratificante para el que haya hecho un modelo especialmente complicado. Los adultos también pueden querer mostrar los frutos de su trabajo, ¿por qué no? Un puzle enmarcado se puede lucir en cualquier habitación de la casa, o en un aula, oficina, espacio comunitario...
Los formatos del marco para puzle
La gama de colores de los listones es muy amplia, y los formatos son los de los fabricantes de puzles. Están disponibles en plástico y aluminio.
Modelos en plástico y aluminio:
- 200/500 piezas (36 x 49 cm)
- 500 piezas (32 x 47,5 cm)
- 1000 piezas (49,3 x 69,3 cm)
- 1000 piezas (50 x 70 cm)
- 1500 piezas (58,8 x 83,6 cm)
- 1500 piezas (60 x 84,1 cm)
- 2000 piezas (69,2 x 96,8 cm)
- 2000 piezas (75 x 98 cm)
- Panorama (37,5 x 98 cm)
- Familia (70 x 100 cm)
¿No encuentras aquí el formato que estás buscando? No pasa nada, puedes pedir un marco para puzle a medida, siempre que las dimensiones no superen los 100 x 100 cm.
Por motivos de estabilidad, los grandes formatos solo están disponibles en aluminio:
- 3000 piezas (80 x 121 cm)
- 3000 piezas (83,4 x 117,5 cm)
- 5000 piezas (101 x 153 cm)
- 6000 piezas (1071 x 157,53 cm)
El puzle, desde sus orígenes hasta nuestros días
Los primeros puzles, concebidos originalmente como herramienta pedagógica, consistían en mapas geográficos pegados en paneles de madera y recortados por las fronteras: cada pieza correspondía a un condado de Inglaterra o a un país del mundo. Estos «mapas diseccionados», como se llamaban entonces, permitían a los niños aprender geografía de forma lúdica. Esta invención se atribuye al cartógrafo y grabador británico John Spilsbury, pero aún tendría que pasar algún tiempo hasta que se desarrollara y se convirtiera en el juego asequible a todos los bolsillos que conocemos hoy. Pintados sobre planchas de madera y recortados con una sierra de calar («jigsaw», de ahí el nombre en inglés de este juego), los rompecabezas fueron durante mucho tiempo artesanales; la aparición de los modelos de cartón a finales del siglo XIX contribuyó sin duda a su democratización, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando, gracias a la producción mecanizada, los rompecabezas se pudieron fabricar en masa a un coste menor y ser así asequibles para el gran público. Desde entonces, el rompecabezas no ha dejado de evolucionar: hay incluso rompecabezas en forma de esfera o poliedro. Pero estos son raras excepciones; a la larga, el que se ha impuesto es el rompecabezas tradicional de dos dimensiones, pues las piezas acartonadas con entrantes y salientes se han convertido en el símbolo por excelencia de este tipo de rompecabezas.
Un clásico en boga
Si, desde hace más de un siglo, el principio del rompecabezas sigue siendo el mismo, al igual que su material, el cartón, no se puede decir lo mismo de la diversidad de formatos: sin mencionar siquiera los más extravagantes —dignos del libro de los récords—, hoy en día, además de los diversos formatos tradicionales, tenemos toda una gama que va de los minipuzles del tamaño de una tarjeta postal a toda clase de modelos en formato XXL. En cuanto a la variedad de motivos, bastante limitada al principio, no sería exagerado decir que hoy en día es infinita, ya que, a la asombrosa profusión de imágenes que aparecen en los rompecabezas producidos en serie, se ha sumado la posibilidad de pedir un puzle personalizado. En efecto, cada vez son más los fabricantes de puzles que te ofrecen la posibilidad de elegir el tema, ya sea consultando un catálogo virtual o enviando un archivo de una imagen que te pertenezca: una foto de las vacaciones, con la familia o un dibujo de un niño. El motivo se imprimirá en el formato y el número de piezas que quieras: 50, 100, 500 o, por qué no, 5000 piezas. De ti depende el grado de dificultad del puzle personalizado. Incluso la caja del puzle irá ilustrada con la foto elegida. Una buena idea para un regalo, ¿verdad?
Marco para puzle, modo de empleo en imágenes
Vídeo de presentación del marco para puzle en YouTube
Mira el vídeo sobre el marco para puzle y convéncete tú mismo de este producto único: